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Nace una perla

Una perla natural empieza su vida cuando un objeto extraño, como un parásito o una partícula de arena, se aloja por accidente en el cuerpo de la ostra del cual no puede ser expulsado.

En un esfuerzo por aliviar esta molestia, el cuerpo de la ostra inicia una acción defensiva. La ostra empieza a segregar una sustancia cristalina lisa, y a la vez dura, alrededor del objeto irritante, con el fin de protegerse. Esta sustancia se llama nácar.

Mientras el cuerpo extraño permanezca dentro del cuerpo de la ostra ésta seguirá segregando nácar alrededor del objeto, capa tras capa. Después de varios años, el objeto irritante quedará totalmente encerrado dentro de esta sedosa capa cristalina. El resultado: la preciada y brillante gema llamada perla.

Las perlas cultivadas se forman por ostras de manera casi idéntica. La única diferencia es que la mano del hombre implanta quirúrgicamente el objeto irritante -un trozo pequeño de concha pulida- en la ostra en lugar de dejárselo al azar, y luego se hace a un lado para permitir que la naturaleza y la ostra obren el milagro.

 

Tipos de perla

AKOYA (cultivadas en Japón y en China): Son las perlas cultivadas clásicas de Japón, las que más lustre tienen. En años recientes China ha logrado producir perlas Akoya dentro de sus propias aguas. Sin embargo, hasta el momento, no han podido obtener perlas con un lustre tan brillante como las perlas cultivadas Akoya japonesas.

BLANCAS DE LOS MARES DEL SUR (cultivadas en Australia, Myanmar e Indonesia): Generalmente tienen un tamaño que oscila entre los 10 y 20 mms y se venden a precios muy altos dada su rareza y gran tamaño.

NEGRAS DE LOS MARES DEL SUR (cultivadas en la Polinesia francesa): Estas perlas, debido a su belleza, color único y a su gran tamaño, se venden a un precio muy elevado.

PERLAS DE RIO (cultivadas en Japón, China y Estados Unidos): Las perlas de río o agua dulce se cultivan fácilmente en moluscos de agua dulce. Muchas de ellas son menos lustrosas que las cultivadas de agua salada pero su bajo precio, sus formas y colores caprichosos, las han hecho objetos de joyería muy populares.

PERLAS MABE (cultivadas en Japón, Indonesia y Australia): Se denominan Mabe a las perlas cultivadas hemisféricas que crecen adheridas al interior de la concha de una ostra en lugar de dentro del cuerpo de ésta. Generalmente se utilizan en aretes o anillos, ya que así se disimula su lado plano.

 

Cómo evaluar una perla

Para evaluar una perla hay que tener en cuenta los siguientes factores:

  • Lustre: Es la combinación de brillantez en la superficie y lustre interno. El lustre de una perla de alta calidad debe ser brillante y no opaco.
  • Superficie: Se refiere a las manchas, abultamientos o hendiduras, en la superficie de la perla. Cuanto más limpia esté la superficie, más valiosa será la perla.
  • Forma: Cuanto más redonda sea una perla más valiosa será.
  • Color: Las perlas cultivadas vienen en una gran variedad de colores que van del rosado al negro. Si bien el color de la perla es realmente un asunto de preferencia de quien las adquiere.
  • Tamaño: Las perlas cultivadas se miden por su diámetro en milímetros. Pueden ser inferiores a un milímetro o medir hasta 20. Cuanto más grande sea una perla, y los demás factores sean equivalentes, más valiosa será.

 

Cuidado de las perlas

Para asegurar que las perlas cultivadas se preserven brillantes y bellas generación tras generación hay que seguir los siguientes consejos:

  • Cuidado con los cosméticos, perfumes y lacas para el cabello, pues contienen productos químicos que pueden dañar el lustre de la perla con el paso del tiempo. Es conveniente ponerse las perlas después de haberse aplicado el maquillaje, perfume, y la laca del cabello.
  • Después de usarlas deben limpiarse con un paño húmedo para así mantenerlas limpias de residuos. Incluso las grasas naturales del cuerpo, así como la transpiración, pueden dañar el lustre de la perla.
  • Mantener las perlas separadas de artículos de joyería pesados, tales como metales y otras piedras, para evitar que se rayen.
  • Si posee un collar de perlas y lo usa varias veces a la semana sería conveniente llevarlo al joyero una vez al año para que vuelva a ensartar las perlas y así evitar que el hilo se rompa. Siempre es aconsejable que el hilo esté anudado entre perla y perla para evitar que todas las perlas se caigan en caso de que se rompa el hilo. Además, estos nudos evitan que las perlas rocen unas con otras.

 

 



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